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“Diácono es aquel que se configura con el Cristo servidor” 

Compartimos con toda la comunidad el testimonio de don Luis Trincado, diácono permanente de Santiago y su historia de fe y servicio en la Iglesia. 

Luis Trincado está cercano a cumplir tres años de ministerio diaconal, sin embargo, dice este servicio viene desde el momento en que el Señor lo llamó a la fraternidad con sus hermanos y hermanas. “El diácono es aquel que se configura con el Cristo servidor”. 

El comienzo de su vocación al diaconado se manifestó de manera bien particular pues surgió en una etapa de “sequía en la fe”. Ya estaba casado, habían nacido Luis y Pablo, sus hijos y de pronto sintió que el Señor le estaba buscando para una misión especial.  “Los caminos del Señor son múltiples y creo que el me llamó a seguirlo de una manera poco convencional”, comenta el diácono.  Para descubrir lo que Dios quería para él Luis se acercó al Padre Marcial Umaña, quien había sido su director espiritual en su juventud y le planteó la necesidad de tener un compromiso más profundo con la Iglesia. En ese momento fue cuando por primera vez don Luis escucha sobre le diaconado. “En ese tiempo yo ya me había incorporado a una comunidad religiosa, a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, visitaba enfermos y ayudaba en la liturgia, creo que ellos me fueron mostrando el camino del Señor ”. 

Luego de madurar un poco esta invitación, aceptó el desafío y desde ese momento comenzó un caminar bastante rápido hasta el momento de la ordenación diaconal.  

Su etapa de formación al la recuerda con gran alegría por la comunión que se dio con los demás hermanos que al igual que él buscaban en la Escuela del Diaconado prepararse para esta vocación. También la recuerda como una etapa de mucho esfuerzo, las clases se hacían luego de la jornada laboral pero pese a todo cansancio surgía una y otra vez el deseo de prepararse para servir a Dios profundamente. “Nos alentábamos mutuamente y nos dábamos ánimo en los momentos de cansancio. Los profesores de la escuela siempre estaban de muy buen ánimo, nos enseñaban y también nos daban apoyo. Son recuerdos imborrables”. 

Su ordenación fue el 14 de agosto de 2006 en la parroquia del Buen Pastor. Actualmente participa con su servicio en la capilla San José en Ñuñoa. Allí don Luis acompaña a algunas  familias de la  población Rosita Renard, afectadas por la realidad del microtráfico de drogas y  pobreza. 

Desde hace un año que trabaja como coordinador pastoral del Santuario de la Inmaculada Concepción, en el cerro San Cristóbal donde también se manifiesta su ministerio. “Tengo la suerte de trabajaren el Santuario por lo tanto en forma permanente ejerzo el ministerio, hay tantos peregrinos que vienen buscando alivio, buscando una bendición, o simplemente alguien quien los escuche, no solo de nuestra ciudad sino que también extranjeros, que al llegar al Santuario se han sentido motivados a conversar y poner su vida en las manos de Dios, y de María nuestra Madre, en ese aspecto hay testimonio  que de lo que se trata es de realizar es una pastoral personalizada. Nos gusta trabajar para que el peregrino que nos visita, se sienta cómodo y acogido, estamos muy unidos a nuestro rector el P. Rodrigo Tupper, quien es muy cariñoso y muy cercano y preocupado por cada uno de nosotros.”

Más allá de su labor de coordinar actividades don Luis y todo el equipo del Santuario se esfuerza por acoger a todo peregrino. “Lo que hay que hacer hay que hacerlo y hacerlo bien”, en definitiva no importa lo difícil o lo extenuante del trabajo hay que hacerlo y bien, planificando, organizando, dirigiendo, controlando y coordinando, con el debido tiempo para poder obtener el resultado requerido, que el peregrino se sienta acogido en esta casa que es la casa de María y la casa de todos”.